Oración de Nazareno de Honor: José Miñarro García

Hermanos Cofrades de la FE,

LA MISERICORDIA DIVINA

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?

¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,

que a mi puerta cubierta de rocío

pasas las noches del invierno oscuras?

 

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras

pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío

si de mi ingratitud el hielo frío

secó las llagas de tus plantas puras.

 

Cuántas veces el ángel me decía:

«¡Alma, asómate agora a la ventana,

verás con cuánto amor llamar porfía!»

 

Y cuántas, Hermosura soberana,

«Mañana le abriremos», respondía,

¡para lo mismo responder mañana!


El Papa Francisco anunció la celebración del Año Santo de la Misericordia del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.

Hemos contemplado que han sido muchas las acepciones de la palabra misericordia utilizadas durante este tiempo: como compasión por los sufrimientos ajenos, como clemencia ante las faltas de nuestros semejantes, como generosidad caritativa para los necesitados etc. Los cristianos hemos sido constantemente exhortados a ser misericordiosos con los demás, pero me ha parecido que esta virtud cristiana se ha enunciado con mucha frecuencia como simple filantropía, desprovista de la referencia y luz divina, por eso me ha parecido oportuno encabezar mis palabras con el soneto de Lope de Vega que de forma tan simple como didáctica nos explica la esencia de la Misericordia de Dios que es precisamente lo que nos mueve a los cristianos a realizar las obras de misericordia incluso a quienes no la merecen, a ser misericordiosos y caritativos incluso sin justicia y sin verdad….

Lope nos dice que Dios está siempre esperando a que le abramos nuestra alma e imploremos su perdón, pero no siempre sucede. A veces Dios fracasa en su porfía, porque somos libres de perseverar en el error o de abrirle nuestra alma.

El fracaso de Dios se produce unas veces por nuestro gran pecado de la soberbia y es que creemos que no necesitamos a Jesús para conseguir la salvación de nuestra alma y pensamos   que es suficiente con realizar buenas obras para conseguir la salvación, pero la mayor parte de las veces el fracaso de Dios se produce porque se nos dice erróneamente que la Misericordia de Dios es tan grande que llegara a nosotros sin el arrepentimiento sincero de nuestras muchas culpas, siempre que hayamos sido buenos en esta vida y hayamos hecho muchas obras buenas .

Hermanos Cofrades, dentro de unos minutos saldremos por las calles de Murcia, elevando sobre nuestros hombros la imagen de Cristo de la Fe, con ello no solo   cumplimos con la misión docente de todo cristiano de publicar el Evangelio salvador sino también con la de reconocer nuestra condición de pecadores e implorar la Gracia Inmerecida de Su Misericordia.

 

José Miñarro García

Nazareno de Honor de 2017