Editorial – ConFEsiones 4

OÍDO A LO QUE SE MANDA

Estimados cofrades de la Fe,

El curso cofrade ha comenzado para muchos con la llegada de la Cuaresma, para otros no empezará hasta que su Hermandad hecha Cofradía sea iluminada por los rayos de sol o por la luz de la noche en la calle, para la mayoría de nazarenos ni empieza ni acaba, simplemente continúa año tras año. El equinoccio de primavera con su explosión de colores, olores y sentimientos variados, nos recuerda que se acerca la Semana Santa, siempre teniendo presente la fecha de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, pero antes, mientras la cuaresma avanza y comienzan a fluir los actos, celebraciones, cultos, manifestaciones tanto internas como externas de nuestras Hermandades y Cofradías, entremezclándose con todos esos preparativos de materiales, enseres, túnicas y montaje de altares de culto para rezos y triduos o quinarios. Tal vez no dejemos el suficiente tiempo para dedicárselo a la preparación de nuestro ser espiritual…

Sería interesante que cada nazareno se pregunte y analice el ¿Cómo? o ¿Qué?, hacemos para motivar y estimular esa preparación de nuestro Espíritu para vivir la Semana de Pasión y Resurrección y poder dar así, preparados en cuerpo y alma testimonio público de Fe y servir de instrumentos de evangelización de la Iglesia. No busques tierras extrañas, busca tu tierra y tu alma, busca tu interior y el prójimo, busca tu Fe y dala a conocer. Dilo a los cuatro vientos, que en tu interior, padece y muere y al final Triunfante Resucita Nuestro Señor. Pero no olvidemos que como Cristianos debemos estar, y más en los tiempos que corren, preparando y motivando nuestro espíritu a cada paso que damos en nuestra vida diaria: perdonando, cayéndonos y levantándonos y resucitando, no solamente durante el curso cofrade, y vuelvo con esto al principio…

Os lo planteo como reflexión.

JORGE GARCÍA ANDRÉS

Cabo de andas del Cristo de la Fe